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Recordando a
“esos viejos geselinos”
ADRIANO MORI, SIGUE LLEGANDO
Hace años. Adriano Mori escribió
sobre la Villa. Como un homenaje a él y a los artistas y empresarios de “antes”,
la transcribimos literalmente.
La
Villa,… te había oído nombrar tanto! Que sentí urgencia por conocerte… y fue en
el verano del ’64, te vi rubia, cual cerveza Alemana, despeinada, intrépida,
adolescente y salvaje… misteriosa amazona y doncella que los Hippies de aquella
época trataban de enamorar fabricando y regalándote sus anillos, collares de
mostacillas y espejitos de colores que, hechos con talento e inspiración, no
solo conseguirían enamorarte si no que, asombrarían al mundo con sus artesanías
y manualidades.
Y yo volví después, en otro verano,
con mi guitarrón de 12 cuerdas a cuestas, como un errante Trovador a regalarte
mis canciones, en mágicas noches donde “LA BOTA ROTA” –de Erika y Nestor “Calígula”-
se atestaba de público que procuraba oír, ver lo que allí sucedía; Era un
pequeño escenario donde, uno tras otro, los artistas desfilaban, y…, ¿quién,
después de haber estado allí aplaudiendo y divirtiéndose no soñaría ser también
uno de ellos?
Tener la gracia de un JORGE CORONA haciendo un chiste, elaborando un cuento; la
voz, el sentimiento de un JOSÉ ANGEL TRELLES- que entre “LA BOTA.. Y “MAQUIAVELO”,
de Roberto
Paulino,
dividía sus presentaciones, la inspiración de PIERO en sus melodías, la
personalidad de GIAN FRANCO PAGLIARO y sus canciones de protesta, el verbo
español impecablemente recitado por PACO DE ARRIBA, las canciones de CESAR
ISELLA, de CARLOS BAROCELA en la voz de ERNESTO GAUNA –( hoy: “Pocho La
Pantera”)-, la gracia, el humor y talento inagotable de JOSE LUIS GIOIA, tocar
la guitarra como el maestro ANGEL MONTES – de “Sobrepinos”, el repiqueteo del
Bongo del CHANGO, la pandereta, el ritmo de MARITO ACRI, el desparpajo de HUGO
VARELA y sus desopilantes mímicas, las imitaciones y ocurrencias de BETO Y
CORCHO- (Beto Cesar y el “petiso Ernesto”)-, la extraordinaria y potente voz de
RAFAEL CINI con su “Guajira del Comandante”; ERNESTO BERRO: “NAZARENO”, con su
profesionalismo y su “Trompeta” imitada a la perfección, la simpatía de
“ALBERTITO” MENDEZ y sus melódicas canciones, la fuerza y expresividad de DANIEL
SAN FERNANDO, el explosivo sonido de la Guitarra del “Tano” GIOVANNI haciendo
“Zorba el Griego” o “Jinetes en el cielo”, las románticas canciones Italianas
cantadas e interpretadas por otro “Tano”: ADRIANO MORI, la emotiva canción de
ALBERTO CORTEZ: “El abuelo” en la voz de ENRIQUE ALTAMIRANDA…, RAFAEL AMOR
cantando sus propias canciones y haciendo “estallar” el aplauso de un publico
entusiasmadísimo…
ERNESTO FATUR, con sus ocurrentes y simpáticas baladas, recepcionando luego a su
publico en su propio Restaurant -Concert: “EL CERROJO DEL JUGLAR”, cerca de San
Telmo….El virtuosísimo guitarrista y cantante PAPPO NAPOLITANO, quien después de
sus recitales, pasaba por “LA BOTA ROTA” y aportaba con su arte a enardecer aún
más el clima de show participativo…Y cuanto otro personaje famoso pasara por esa
“escuela”, como invitado, participando y augurándole a ese nido de Artistas un
auspicioso futuro, para que luego la vida se encargara de “repartirlos” por el
mundo entero, unos con más fortuna que otros, pero todos con talento y un
respeto por el publico, digno de ser imitado hoy - después de tantos años- en
esta – a veces - “mal acomodada estantería” de valores artísticos que vemos y
oímos día a día, en los medios de comunicación.
Dos “gordos” muy queridos e
infaltables entre el público eran: el gordo GOYO y el gordo ELISEO, en cuyo
balneario, amanecíamos todos los artistas cantando, y haciendo nuestro arte,
hasta que la playa recibiera sus primeros visitantes, esto sucedía cuando no
ibamos a CACHAVACHA, a desayunar las primeras medialunas que EL TURCO, nos tenía
ya preparadas.
Gracias GESELL, por todos esos años
dorados, por todas las vivencias y experiencia adquirida, por la amistad que se
daba a manos llenas, por tus encantadores paisajes donde, hasta los míos –
inmigrantes Italianos- quedaron prendados de tu belleza y sus pocos ahorros los
invirtieron en lo que hoy es una humilde, pero confortable casa residencial y un
motivo de encuentro familiar, dado que durante el año nuestras diversas
ocupaciones nos mantienen distanciados, y es aquí en VILLA GESELL, y en el
verano, donde la mesa esta siempre servida y nuestra madre vuelve a tener cerca
a sus hijos
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