El homenaje merecido

DON CARLOS SIGUE CUMPLIENDO AÑOS

En la Plaza Carlos Gesell, se llevó a cabo el acto oficial mediante el que se recordó el centésimo vigésimo segundo aniversario del nacimiento del fundador de “la villa”.

La conmemoración contó con la participación del Intendente Municipal, Dr. Jorge Rodríguez Erneta, funcionarios de su equipo de Gobierno; familiares directos de don Carlos, Concejales y Consejeros Escolares, representantes de instituciones, entidades escolares y vecinos en general. En una ciudad joven como es Villa Gesell, en la que los gestores de la historia aún camina por sus calles, llevar a cabo este tipo de homenajes, es una puesta en vivo de la misma. En este marco, y ante la vigencia de sus postulados fundacionales, Don Carlos sigue cumpliendo años.

 

El acto comenzó con interpretaciones musicales a cargo de la Orquesta Sinfónica Municipal incluyendo canciones ejecutadas por el pianista Martín Jordán junto a “Pepe” Cello en Violoncello.

Seguidamente dirigió unas palabras la Sra. Marta Soria Gesell, nieta del fundador, acompañada por Sonja Tomys, hermana de don Carlos. Soria, ex Concejal, agradeció a la Municipalidad y a la comunidad el reconocimiento hacia la figura de su abuelo. Al finalizar sus palabras, ambas familiares directas recibieron un presente recordatorio que les fue otorgado por la Secretaria de Cultura y Educación, Arq. Mabel Llompart, la Secretaria de Acción Social, Elina Suárez y la Directora de Promoción Social, Lic. Alicia Ochoa. Las palabras del Intendente Erneta marcaron claramente su posicionamiento y la similitud de sus postulados de gobierno con el accionar de Don Carlos, ya que en su mensaje destacó, muy aplaudido por la concurrencia que

“Hoy nos encontramos aquí como comunidad que nuevamente le rinde homenaje a quien iniciara aquella fabulosa empresa de fundar este maravilloso lugar. Y lo hacemos con alegría. Pero también este reconocimiento nos exige, a nosotros como Gobierno, y a todos nuestros habitantes cada uno desde su lugar, a continuar con el legado que nos dejó marcado para siempre don Carlos. Y si bien pueden destacarse muchos de los valores y las actitudes que sostuvo durante su vida, se pueden sintetizar en uno en particular y que es el trabajo. Trabajar y trabajar sin descanso para una ciudad más igualitaria, con más y mejor calidad en sus servicios, con oportunidades para todos, con desarrollo, planificación y visión estratégica. No cejaremos en la continuidad de esta tarea, en reconocimiento a la obra del fundador; en el objetivo de ofrecer una ciudad cada vez más atractiva y más bella para quienes nos visitan, y para mejorar la calidad de vida de todos los que vivimos en ella.”

 

La historia sintética

El 11 de Marzo de 1891 nació en Buenos Aires Carlos Idaho Gesell. Sus padres, alemanes, Silvio Gesell y Anna Böttger de Gesell, se instalaron en la Argentina, a fines del siglo XIX.

Su padre, todavía soltero, llegó a la Argentina en 1887 con una valija llena de instrumental quirúrgico para dentistas. El instrumental se vendió rápidamente y por lo tanto Silvio regresa a Alemania para analizar la posibilidad de abrir un comercio de éste ramo en la ciudad de Buenos Aires.

En este viaje conoce a Anna Böttger, una alegre alemana con la que se compromete. Vuelve solo a la Argentina e instala una casa de comercio en la calle Tucumán a la que llama "Silvio Gesell" la cual, manejada con la habilidad comercial de Silvio, funciona en forma floreciente. Por lo tanto, puede llamar a su prometida, con la que contrae matrimonio en Montevideo.

Se establece en Buenos Aires y empiezan a llegar los hijos; Fridolín, el primogénito, seguido por Ana, Carlos Idaho, y finalmente Juana. Carlos es el que mas se parece a su Padre. Silvio va a tener el hobby de los inventos durante tosa su vida, además de una gran habilidad para el comercio y estas condiciones las hereda su hijo Carlos.

Después de hacer el servicio militar en la Argentina, lo que provoca un permanente rechazo hacia las armas, en 1916 el joven Carlos viaja a los E.E.U.U. Pensaba que en ése país podría adquirir más conocimientos que en la Argentina para aplicar a sus inventos. Es la época de Edison y de Henry Ford, con cuyas ideas se están provocando una gran revolución industrial. Carlos Gesell se convierte en ferviente admirador de estos genios y comienza a elaborar nuevas ideas. Un mecanismo para aprovechar la energía producida por las mareas va a ser su primer invento en Estados Unidos. Lo ofrece al gobierno y éste se muestra interesado, tanto que le entrega un dinero para seguir investigando. Además todo su tiempo libre lo pasa en las bibliotecas para ampliar sus conocimientos. Año más tarde firmará el patentamiento de sus inventos adjudicándose los títulos de Ingeniero y Químico.

También en este período inventa las planchas anticorrosivas para barcos, los principios de la fotografía en colores y de la heladera eléctrica.

En 1921 viaja a Alemania para visitar a sus Padres que en ese momento vivían en el pueblo de EDÉN, próximo a Berlín. Allí conoce a Marta Tomys, amiga de la familia, con la que contrae enlace tres meses después. Marta será la madre de sus seis hijos.

Viaja con su esposa nuevamente a los Estados Unidos y se establece en Minneápolis, en el estado de Minnesota. Elige ésta ciudad pues en ese momento está trabajando en un sistema de refrigeración. Minneápolis es el lugar adecuado pues posee temperaturas extremas, 30' bajo cero en invierno y 30' sobre cero en verano, ideal para su proyecto.

A su llegada se establece en una pensión y más tarde construyen, como vivienda familiar, una pequeña casa, muy modesta. En el sótano de la misma, Don Carlos coloca, al comenzar el invierno, cubetas con agua. La idea es que con el avance del invierno se vayan congelando. Pero no solo se congela el agua de las cubetas; dentro de la casa el frío es espantoso, tanto que sobre las paredes interiores se forman cristales de hielo. Su esposa le pide algún sistema de calefacción y Don Carlos instala una especie de estufa que inventa. No pasa mucho tiempo hasta que se produce una explosión que cubre a la sufrida Marta de hollín. El 31 de Mayo de 1922 nace el primer hijo al cual llaman Sirius Roberto. "Sirius" por el planeta al cual suponía su padre que el niño legaría cuando fuera adulto. Otros de los muchos detalles de convivencia que exigía Don Carlos era que se durmiera con las ventanas abiertas en invierno y verano por lo que el niño amanecía cubierto de escarcha en el crudo invierno, a pesar de que su madre lo envolvía con todo lo que estaba a su alcance.

Durante su estadía en Estados Unidos patenta una máquina de lavar en 1923, un aparato para soldar en 1924 y una máquina de enfriamiento de la leche en las granjas. Para ganarse el sustento trabaja como corredor de seguros y como vendedor de un soldador, el que, por supuesto, perfecciona y patenta. Todo su tiempo no lo dedica a su pequeña familia sino que lo pasa en las bibliotecas estudiando y estudiando.

Es el año 1926 y Silvio, su padre, le pide a Don Carlos que regrese a la Argentina. La economía está en crisis y la Casa Gesell, ya instalada en Diagonal Norte N'1423 y que había quedado en manos de Fridolín, no marchaba muy bien. Es así como Carlos viaja a Buenos Aires con su familia y se establece en Punta Chica. En éste lugar, próximo a San Isidro, Sílvio había comprado 4 hectáreas de tierra baja, había rellenado dejando 2 lagunas y construido dos casas. En una de ellas se instala Carlos y en la otra Fridolín. Silvio había agregado al instrumental quirúrgico y ortopedia que se vendía en Casa Gesell, elementos de Óptica y Fotografía que se importaban desde Alemania. Carlos empieza a importar artículos para bebés y niños y poco a poco la convierte en la casa de venta de artículos para niños más importante de Sudamérica. Pero estalla la Guerra y la importación queda interrumpida.

Para ese entonces Don Carlos había comprado una casa muy cómoda en Olivos donde vivía con su mujer y sus seis hijos.

Decide levantar una fábrica en Punta Chica para la confección de los cochecitos, camitas, etc.. En ésta fabrica trabajan alrededor de 150 obreros. Los negocios prosperaban y si vida era cómoda y sin problemas.

Don Carlos se caracterizó durante toda su vida por su personalidad creadora y abstraída del mundo que lo rodeaba. Por esto hemos capitalizado varias anécdotas. Una de ellas ocurrió en una noche de navidad. La familia se reúne en una cena festiva y después de comer se reparten los regalos. Cuando se concluye con esto, Don Carlos pregunta si no hay regalo para él. - SI, EL SILLÓN DONDE ESTAS SENTADO. Distraído se había sentado en un sillón sin darse cuenta de que era nuevo.

Llega el año 1931 y Don Carlos veranea con su familia en Mar del Plata. Allí conoce al Sr. Héctor Guerrero, dueño de casi todos los campos de la zona y un gran forestador. Guerrero le habla de una franja de médanos que existe al norte de Mar del Plata y que está en venta. Don Carlos se interesa, pues buscaba un campo donde plantar pinos que, con el tiempo, abastecerían la madera necesaria para reemplazar a la que traía desde el Tigre y con esto abarataría los costos de producción. Cabe puntualizar que al comprar los médanos don Carlos no penso para nada en un balneario.

Don Carlos se interesa, y conviene con el Sr. Guerrero en ir a ver el lugar. Viaja hasta Juancho, donde Guerrero lo espera con un sulky. Queda extasiado ante la inmensidad de arena frente al mar. Hace algunos pocitos de arena y comprueba que el agua dulce está muy cerca de la superficie. Esto lo decide, y cierra trato comprándole al Sr. Credaro 1.680 hectáreas de arena, con 10 kilómetros de costa y 1.600 metros de profundidad. Sueña con ese bosque de pinos que le dará madera barata y buena para su fábrica. Cuando vuelve a Buenos Aires, toda su familia le recrimina haber pagado 28.000 "pesos fuertes" por un montón de arena.

Mientras tanto, el impulso creador de Don Carlos sigue a flor de piel. Para su fábrica perfecciona muebles extensibles para el aseo y vestido de bebes. Además inventa un vaporizador para cocina a kerosene, nafta y gas oíl que no llega a patentar, como tampoco un regulador de velocidad para cargadores.

Después de la compra, don Carlos, entusiasmado contrata gente que instala en los médanos y comienza la construcción de un tamaño mediano. Envía las plantas por vagón de ferrocarril que, en ese entonces, iba de Constitución a Juancho. El transporte hacia la costa se hacía por medio de carros tirados por caballos y se guardaban las plantas en el galpón vivienda, a 16 cuadras del mar. Don Carlos viajaba cada 15 días.

Se comienza a forestar. Se plantan los arboles, que inmediatamente se secan por acción de los vientos y de la arena voladora.

En el año 1932 don Carlos encara la construcción de la vivienda familiar sobre un médano a pocos metros del mar. Los paneles se confeccionan en la fábrica de la Casa Gesell y se levantan sobre la arena. Don Carlos va en contra del mito bíblico "no construirás tu casa sobre la arena". Se hace un encadenado y se levanta la estructura traída desde Buenos Aires. Las paredes son dobles, de madera, cubiertas por material desplegable y por revoque grueso. El hueco que quedaba entre ambas paredes se rellena con papel de diario para hacerlas aislantes. La casa consta de cuatro ambientes, cocina y baño, y mas tarde se le agregará habitación y baño de servicio. Tiene cuatro puertas, cada una orientada hacia un punto cardinal con el fin de que, si la arena clausuraba alguna, puerta, siempre hubiera otra donde salir. Una gran galería perimetral rodea la vivienda y la protege del intenso calor provocado por el sol. 

Cuenta la anécdota que en invierno, cuando alguien se quejaba de sentir frío, don Carlos lo mandaba a correr alrededor de la galería hasta que entrara en calor.

Se empieza a plantar árboles alrededor de la casa pero por los fuertes vientos salinos la arena vuela y deja las raíces de las plantas al descubierto. Por lo tanto se secan. Este proceso se repite una y otra vez con los mismos resultados.

En 1934 don Carlos contrata en Alemania al ingeniero agrónomo Carlos Bodesheim para que lo ayude en la forestación. Se hacen toda clase de intentos sin éxito, tanto que, después de más de un año, el ingeniero regresa a Alemania, previa advertencia a Don Carlos de que en el arenal nunca crecería nada.

Por fin, Don Carlos comprende que debe detener el movimiento de la arena para que los árboles prendan. Pone en práctica lo que se va a llamar "enquinchados". Traza cuadrados de 10 metros de lado y planta esparto alrededor de los mismos. El esparto es un yuyo fuerte y resistente que tolera los vientos y composición calcárea de la arena. En el centro siembra yuyos tales como cebada, cebadilla, y un trébol, el "Melilotus alba", que es enriquecedor de suelos ya que toma el nitrógeno del aire y lo vuelca en el suelo, haciéndolo más fértil.

Además idea un tubo de cartón alquitranado dentro del cual se coloca una mezcla de tierra fértil y arena, y allí planta la semilla o el arbolito. Introduce el cilindro en el enquinchado haciendo que la raíz busque el agua en la profundidad; el árbol queda firme en el suelo y ya no puede ser arrancado por los vientos. También observa que en varias hileras de pinos plantados, una hilera prospera y la de al lado no. Cava un pozo en el suelo y ve que en la hilera que prospera las raíces tiene un hongo y riega los pinos, los cuales empiezan así a crecer satisfactoriamente.

A pesar de todo esto, la pérdida de árboles es importante. En 1938 toma conocimiento de que en Australia, que está a la misma latitud que la Argentina y tiene una extensa zona costera, crece una acacia, la "Acacia Trinervis", que se adapta muy bien en la arena, resiste los vientos salinos y, como el Melilotus, toma nitrógeno del aire y lo vierte al suelo. Importa esta planta desde Australia, vía Alemania. Coloca varios ejemplares frente al mar, haciendo lo que llamó "nidito": tres acacias y detrás un pino, que así quedaba protegido. La Acacia Trinervis prosperó extraordinariamente.

Aportamos aquí otra anécdota. Era Navidad y cuando la esposa de Don Carlos pone la mesa para celebrar esta festividad, nota que faltan las nueces. ¿Que había pasado? !Don Carlos las había plantado!.

Es así como la fijación de los médanos empieza a prosperar. Esta se hace desde el mar hacia tierra adentro, y desde la casa de los peones hacia el mar. El bosque está tomando forma.

Villa Gesell prospera. Además, en 1936 Don Carlos se ha divorciado de Marta Tomys y está instalado con su nueva mujer Emilia Luther. Desde 1937 Don Carlos ya vive en la Villa en forma permanente.

Para el sustento familiar se hace una huerta y para la provisión de leche se compran chivas que se ordeñan todas las mañanas, pero las chivas se escapan y comen los brotes incipientes. También se construye un gallinero donde llegará a haber 100 gallinas. Se intenta vender los huevos, pero este proyecto no prospera. Los huevos se van acumulando y por fin se usan como abono.

En 1940 el dinero que Don Carlos había retirado de la Casa Gesell para la forestación de las dunas llega a su fin. !Hay que hacer algo! ¿Por que no construir una casita y alquilarla durante el verano?.

Es así como en 1941 construyen una pequeña casa frente al mar a la que llaman "La Golondrina", pues estas aves llegan con el verano y se van con el invierno, como los turistas. Don Carlos coloca un aviso en un diario de Buenos Aires el cual, para su gran sorpresa, es contestado por un Sr. Stark, gerente de Siemmens y con él fijan día y hora en que los visitantes (Stark y su Esposa) legarían a Juancho. Don Carlos los espera y con el sulky emprenden el viaje hacia el mar. La casita que Emilia había adornado con flores y huevos frescos, espera a los primeros turistas que la ocuparán.

El viaje a través de los médanos es incómodo. La Sra. de Stark, sacudida por las irregularidades de un sendero precario, de los bañados donde los mosquitos se lanzan sobre su presa, en un momento dado no quiere seguir adelante. ¿Hacia donde los llevaban? Pero su marido le da ánimos y así, por fin, llegan a la casita.

El matrimonio Stark pasa las mejores y más tranquilas vacaciones de su vida. En marzo, cuando llegan a Buenos Aires, recomiendan el lugar y, al año siguiente, Don Carlos ya tiene varios lotes vendidos, donde se levantarán las casas. El problema económico ha sido solucionado y así el bosque para la extracción de madera se convierte en balneario.

En 1943 se abre un camino de acceso a Villa Gesell desde la vieja Ruta 11. Villa Gesell crece cada vez más y algunos turistas vienen en automóvil. Por este motivo, en el predio del vivero, ya lleno de almácigos, Don Carlos construye una pequeña casa que funcionará como almacén, donde se vende lo más esencial como azúcar, yerba, harina, huevos, etc.. De todas maneras cada semana un peón viaja a Madariaga para traer víveres y otros elementos. Antes de partir pasa por cada una de las casas de los turistas donde se les entrega una lista. Misteriosamente los encargos de cigarrillos y alcohol no llegan a destino. Don Carlos era enemigo acérrimo de todo aquello que fuera vicio entre los cuales también se incluía el juego, tanto que cuando se quiso instalar un casino en Villa Gesell él se opuso terminantemente (finalmente el casino se abrió en Pinamar). Además del almacén, se instala un surtidor de nafta a palanca y un pequeño taller mecánico para solucionar los problemas de los turistas, del parque de vehículos y maquinarias viales que don Carlos va adquiriendo poco a poco. Como la Villa crece vertiginosamente instala, también en este predio, un generador de electricidad, y al tiempo otro. Con estos dos generadores, Don Carlos daba luz eléctrica dos horas por la mañana y dos por la noche. A las 22 hs. se apagaba la luz, previo aviso con pequeños guiños sucesivos para que la gente que seguía levantada acudiera a las velas y a los soles de noche.

Mientras tanto, Don Carlos no abandonaba la pasión por lo inventos. Tanto que el 6 de Diciembre de 1978, la Asociación de Ingenieros Alemanes en la Argentina lo nombra "Ingeniero Ad Honoren". Entre sus innumerables inventos, unos patentados, la mayoría no, figura un automóvil de línea aerodinámica, diseño fechado en 1954, que se puede comparar con el Fiat Uno de los años 90 y con la mayoría de los automóviles precursores del año 2000. Además, para diversión de sus hijos, construye el "DunamóvilL", con el que se tiraban por los médanos y consistía en una tabla con cuatro ruedas y una palanca de freno.

También debe trazar calles y esto lo hace siguiendo los bajos de los médanos. Logra después de muchos ensayos, una mezcla de tierra gredosa y arena. La arena, permeable, absorbe el agua de lluvia, y la tierra gredosa le da firmeza, evita así la formación de pantanos. Así como Villa Gesell adquiere la fisonomía de un pueblito europeo con las calles sinuosas, y en las laderas las casitas con techos de tejas, que exigía Don Carlos y que hacía muy pintoresco el lugar.

Comienzan a afincarse, sobre todo, centroeuropeos, muchos de ellos refugiados de la preguerra, de la guerra y de la postguerra. Estos instalan los primeros hoteles, restaurantes con comidas típicas de cada lugar de origen, o confiterías. Durante el auge de la construcción son los Italianos los que acuden en masa, ya para hacerse cargo de las obras o para trabajar como obreros del ramo. Los Españoles se dedican especialmente al comercio y a la explotación de hoteles.

Villa Gesell sigue creciendo. En los años 60 se implementa el "PLAN GALOPANTE". Este consistía en lo siguiente: Si el comprador de un terreno comenzaba a construir inmediatamente su casa y a los 6 meses llegaba a los dinteles, recibía un descuento del 50 % sobre el precio del terreno. Es así como el crecimiento se convierte en vértigo, llegando a ser Villa Gesell la ciudad de mayor índice de crecimiento en el mundo.

Ya en 1951 se había creado la Cooperativa de Electricidad y se construye la primera estación de servicio. En 1959 se establece la zonificación de Villa Gesell y se instala la primera Delegación Municipal. En 1963 se crea la Cooperativa Telefónica.

En 1970, debido a la gran afluencia de vehículos y a las dificultades para transitar los días de lluvia, se decide asfaltar la Avenida 3. Mucho después se asfaltaran otras calles. Es el progreso que se instala pero a costa del cambio de la fisonomía y de las costumbres de la Villa, tan amables e informales. La gente circulaba por las calles en shorts y descalzos o en cómodas zapatillas. por la noche, como la iluminación de las calles era escasa, eran de rigor las linternas.

En 1952, la casa de Don Carlos ya había quedado pequeña. Funciona como vivienda familiar y como oficina de administración y venta de terrenos. Doña Emilia le ruega a su marido que construya una vivienda para la familia y que la pequeña casa quede como oficina exclusivamente. Don Carlos por fin accede al pedido de Emilia pero con la condición de que él hará los planos. Es así como se construye una casa mas grande y cómoda para la familia, con estructura de chalet suizo, sobre el médano frente al mar que se habia formado durante los veinte años posteriores a la construcción de la primera casa.

Y sigue el progreso. Ya no hay que acudir a Madariaga para la compra de artículos de primera necesidad. La Cooperativa de Electricidad brinda luz las 24 Hs., la Cooperativa de Teléfonos provee de aparatos telefónicos. El destacamento Policial se convierte en Comisaría. La primera escuela, construida en 1947 y que estaba a cargo del maestro Hernández y subvencionada totalmente por Don Carlos, es reemplazada por la Escuela N'12, actualmente la Escuela N'1. El edificio de la primera escuelita pasa a ser vivienda y consultorio del primer médico, luego consultorio del primer dentista y finalmente vivienda de una de las hijas de Don Carlos.

El Fundador recibe varias menciones honoríficas y la visita de importantes funcionarios del Gobierno, entre ellas el Presidente Arturo Frondizi. En 1971, el día en que cumple 80 Años, el Gobierno Alemán condecora a Don Carlos con la Cruz de Hierro en primer grado, máxima distinción que el Gobierno Alemán confiere a los hijos ilustres de ciudadanos alemanes residentes en el extranjero. En 1974 el Gobierno Italiano le otorga el título de "Ufficiale", debido a la gran colonia de italianos afincada en Villa Gesell.

En 1969 había comenzado a construir el Acuario que llegó a ser el más grande de Sudamérica. En 1970 se construye el Muelle de Pesca y en 1971 la Estación Terminal de Ómnibus. También solventado por Don Carlos se construye el primer colegio secundario al que El Fundador dará el nombre de su madre Ana Böttger de Gesell, y el Aeródromo.

Mientras vivió, Don Carlos siguió brindando los servicios viales. Después de las lluvias, salían sus máquinas para alisar las calles.

A la gente que trabajaba con él les daba grandes facilidades para la compra de terrenos y la construcción de su casa; fue así como se formó el barrio obrero. Aún hoy en día es muy común oír las expresiones de agradecimiento de sus ex peones.

Don Carlos tuvo la dicha de ver su obra terminada y la forestación de todo Villa Gesell. Poco antes de morir era común oírle decir: “Ahora forestaré el Sahara".

Falleció a causa de un infarto el 6 de Junio de 1979 en el Hospital Alemán de la Ciudad de Buenos Aires, a los 88 años de edad. Su tumba se encuentra en el cementerio de Villa Gesell.-

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