Opinión
Movimiento Nacional
y Popular en Gesell
SALUD PARA TODOS
Es sumamente complejo
pensar en el desarrollo de una ciudad cuando no existe entre sus
integrantes el sentido de comunidad.
El debate y la
investigación sobre la idea de “comunidad” se han reavivado en los
últimos años. Las encuestas sobre los patrones de sociabilidad
informan del declive del capital social y el deterioro del sentido
comunitario en las últimas décadas. Al mismo tiempo, surgen nuevas
formas de participación social que muestran el proceso de
individualización, y la aparición de “comunidades personales”,
concepto contradictorio sí los hay.
El deterioro de la
comunidad ha sido una preocupación central de las ciencias sociales
a lo largo de su corta historia. En cierto modo podría afirmarse que
la psicología social y la sociología nacen precisamente de esa
preocupación por la decadencia de la comunidad como consecuencia de
los procesos de urbanización e industrialización. Muchos de los
teóricos sociales pioneros en ambas disciplinas se dedicaron a
analizar las consecuencias negativas de la modernización sobre los
lazos comunitarios. Hay una distinción entre dos formas de
agrupamiento de base bien diferente. La comunidad es el fruto de la
interdependencia natural de las voluntades humanas, mientras que la
asociación es una suerte de convención pública que obliga al
mantenimiento de la interdependencia entre los individuos.
En la comunidad debido a
esa interdependencia buscada, se manejan conceptos comunes, planes
de desarrollo consensuados y se sostiene y defiende el concepto de
solidaridad por sobre el egoísmo.
Cuando el accionar
comunitario de sustenta en la defensa de un Movimiento Nacional,
Popular, Transformador, Democrático y Racional, obviamente la
solidaridad es el disparador de los conceptos de igualdad,
inclusión, movilización y seguridad social, sintetizados estos
conceptos en el sentido de horizontalidad. Aquí cabe, por ejemplo,
el de salud para todos.
Villa Gesell tiene un
excelente Hospital Municipal, dotado de aparatología de última
generación y de profesionales de excelencia. Atiende a miles de
ciudadanos por mes, a los que no se les pregunta sobre su
pertenencia política, origen social o nacionalidad. Simplemente se
los atiende y se les da la respuesta adecuada, que puede ser algunas
veces el traslado a un centro de mayor complejidad con ambulancias
geselinas.
Hace algunos días, un
conocido periodista local sufrió un accidente cardíaco. El mecanismo
se puso en marcha, por el accionar de los médicos salió de la
crisis, fue estabilizado, estuvo en terapia intensiva y ya retomó su
actividad diaria con normalidad. Hasta aquí todo normal. La
respuesta de los profesionales del Arturo Illía fue la que exige el
juramento Hipocrático y la del Municipio, la que determina su
decisión de brindar a todos, sin excepción la respuesta necesaria.
Pero… Alguien, un habitante de esta ciudad que no conozco,
cuestiona al colega por su posición crítica respecto al Gobierno
Municipal en general y respecto al funcionamiento del Hospital en
particular. Si el crítico pertenece al Movimiento Nacional y Popular
debería revisar el porqué de su pertenencia. Por lo expuesto en una
carta de lectores publicada en el principal semanario de Villa
Gesell responde al más rancio liberalismo en el que los individuos
no sólo son egoístas, también sienten benevolencia hacia los otros,
les dan porque son buenos. Para ellos la sociedad es un agregado de
individuos egoístas ansiosos de placer y de imponer su poder y
dominio sobre los demás. En los movimientos nacionales y populares
no es así. En una construcción comunitaria, horizontal y
progresista, todos somos iguales ante la Ley, todos tenemos los
mismos derechos y claro está, uno de ellos el acceso a la salud. En
Villa Gesell no se le mira la cara a nadie ni se le pide el carnet
de afiliación. Simplemente, se salvan vidas. Y eso fue lo que
sucedió.
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Opinión
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MEDIOS Y PODER
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¿Qué quieres ser cuando seas grande?
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Pregunto el tirano a su hijo.
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- Cuando yo sea grande quiero ser lo que es
usted. – contestó.
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Entonces el general mandó matar inmediatamente a
su hijo, porque sabía que si lo dejaba crecer, el muchacho lo
asesinaría para tomar el poder.
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La lucha por el Poder, muchas veces no reconoce
límites. El ser humano, tremendamente limitado en sus
concepciones políticas, cree mayoritariamente que el Poder es
útil en si mismo. Por eso, la mayoría de las veces, no
cuestiona los métodos utilizados para obtenerlo. Y los medios de
difusión ayudan
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Las relaciones peligrosas de amor-odio entre los
Gobiernos, oposición y los medios de comunicación incitan, como
todo lo que tiene con ver con quienes respaldan y con quienes se
oponen a quien detenta el Poder Político, a fijar posiciones
radicales que en nada resuelven el asunto de fondo: la lucha por
el control de la información, en la que paradójicamente el
tercero en discordia- el ciudadano- no tiene ningún poder de
modificar absolutamente nada.
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Si de extremos se trata, cualquiera que haya
laborado para un medio de comunicación y a la vez haya tenido
contacto directo con la política, en lo único que podría creer
es en sí mismo. Para quienes no hayan tenido tal fortuna, vale
una sugerencia que no es nueva ni original y ha permitido que el
mundo avance: entrenarse en la duda sistemática.
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De esta manera, en la Argentina de hoy, hay que
dudar tanto de la intencionalidad de la oposición, como de los
medios de comunicación. Ambos sectores mantienen intereses
particulares coincidentes y tratan de quebrar al gobierno de
todas maneras, para ser ellos los que manejen el poder, pero,
fieles a su historia, el poder omnímodo. La única diferencia
entre la confrontación que permanentemente plantean los medios
al actual del Gobierno y las ocurridas en otros quinquenios, es
que ahora por lo menos el asunto es público. Por lo que si de un
lado hay manipulación y del otro lado intimidación y chantaje,
todo queda visible. Y queda también en claro que los patrones
han terminado con el periodismo. Salvo, claro está, en los
enclaves de la resistencia mediática. Que por suerte para la
democracia y la pluralidad informativa, todavía existen.
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Es conocido que, durante un buen período, la
opinión pública premió a los MCS con los primeros lugares de
confianza. Tales niveles y la escasa credibilidad en los
partidos, poder legislativo, judicial y otras instituciones,
potenciaron el papel de actores políticos de los medios, del
cual pocos se han podido despegar.
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Si un medio es manipulado por sus editores para
perjudicar a una parcialidad política- cualquiera que esta sea-
los afectados tienen derecho al reclamo y a un trato justo. Si
una parcialidad política, por ejemplo la oposición intenta
manejar la política editorial y la línea informativa de un medio
para sus propios fines, entonces y perdonen la palabrota,
maldito sea el editor que permita tal atrocidad.
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Es más factible que quien detenta el poder
económico manipule, tergiverse y afecte el devenir de una
sociedad a través de los medios y que estos, a pesar de toda su
influencia no logren fácilmente sus objetivos aunque haya
quienes piensan lo contrario. Si esto último pasa no será
únicamente por los manejos del medio sino seguramente por los
desaciertos del Gobernante a la hora de gestionar y comunicar.
En estos tiempos se da la característica que la primera fuerza
de oposición es la concentración mediática cuya columna
vertebral es el diario Clarín y cuyo mentor ideológico es el
señor Magneto.
En la Argentina
hay una máquina de impedir que quiere truncar el proceso de
transformación y cambio que se lleva adelante desde el gobierno
nacional. Solo basta leer y oír a “prestigiosos periodistas
independientes” decir barbaridades, entrevistar a impresentables
dirigentes de la oposición, sin que se les mueva un músculo de
la cara y lo pero es que son tan corruptos, que seguramente, con
una mano en el bolsillo, se miran al espejo y sonríen. Y la
manipulación mediática del manipulador Clarín sigue de manera
descarnada. Fernando Braga Menéndez dijo en Mar del Plata, en su
conferencia
“La comunicación popular frente a la corporación
mediática", que el multimedio de la paradójicamente señora Noble
(innoble sí las hay) contrató a una agencia de publicidad, que
tiene 50 personas trabajando a full, llamando a los medios, para
desprestigiar al gobierno.
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Para un oído entrenado, es muy claro que están
leyendo un guión. Y son los mismos actores los que llaman a otra
radio y a otra... Los defensores de los privilegios están
organizados. Los militantes del campo popular, aún no.
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Quizás suene extremista la posición, pero tan
responsable es un editor, los periodistas, la oposición, como el
ciudadano desprevenido que cree ciegamente en lo que lee, oye y
ve a través de los medios, provenga de donde provenga. Vale
decir que quien no ejerce la ciudadanía se le atrofian los
músculos para mover su destino. Y eso, en los momentos que se
viven en este país en crecimiento, con todas las libertades
funcionando a pleno, pero jaqueado por terrositas de la
información y el poder, es hacerle el juego a los jodidos de
siempre. A aquellos que se han apropiado de la riqueza de la
Argentina, y que no quieren perder ningún privilegio. Por que
parte de esta lucha mediática tiene que ver con eso. Medios y
oposición se juntan para quedarse con al torta. Y claro está,
terminar con el justo proceso de redistribución de la riqueza
que el Gobierno Nacional está llevando a cabo.
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