Difundir el Modelo Nacional y Popular
LA
IMPORTANCIA DE LOS MEDIOS ALTERNATIVOS
Una de las cuestiones que casi nadie pone en
duda es que los medios de comunicación de todo tipo, especialmente
la televisión, son cada día más poderosos. Son poderosos ya que
pueden crear opinión. Esa opinión creada condiciona muchos aspectos
de nuestra vida: desde nuestras relaciones personales y colectivas
pasando por nuestras creencias religiosas, políticas... hasta
nuestras preferencias en espectáculos, deportes y demás gustos
personales. Ni que decir tiene que personas y movimientos opuestos
al régimen establecido son sistemáticamente obviados por ellos y a
veces (cuando tienen que informar para no perder su apariencia de
“independencia”) son estigmatizados de forma patética.
Cuando nos paramos a pensar en las razones por las cuales sucede
esto, casi siempre pensamos exclusivamente en que son dichos medios
los únicos culpables de esta situación. En cierto modo se tienen
bastantes razones para pensar así. Tal como yo lo veo, la principal
causa que genera esta situación de manipulación y desinformación es,
como casi todas las injusticias de estos tiempos, el capitalismo. En
los medios de comunicación hay personas que se dedican a redactar,
editar y presentar noticias; a realizar programas de distinta
índole, arreglar los aparatos, etc. Estas personas tienen que cobrar
algún tipo de sueldo (que algunas veces ni existe). El dinero,
evidentemente, tiene que salir de algún lado. Sale de la publicidad.
La publicidad la encargan empresas con afán de vender sus productos
o servicios. Estas empresas o entidades son las que despiden a sus
trabajadores cuando los beneficios no son los adecuados, son las que
defienden las cárceles cómo forma de mantener sus privilegios, son
las que defienden y mantienen sus propiedades en ruinas durante años
para que se revaloricen y sacar mayor tajada cuando vean su
oportunidad de venderlas, son las que defienden las grandes obras e
infraestructuras para que sus mercancías fluyan más rápidamente, son
las que potencian el consumismo más acrítico y no olvidemos que las
personas que las dirigen tienen ideologías conservadoras,
reaccionarias, cuando no fascistas, en la mayoría de los casos.
¿Cómo va una empresa capitalista a insertar publicidad en un medio
de comunicación que cuestiona las relaciones laborales, las
cárceles, la especulación, la depredación de la tierra, que
cuestiona el consumismo, que tiene ideologías progresistas,
rupturistas o subversivas? Es como si tirasen piedras a su propio
tejado. Va contra su naturaleza depredadora.
Pero si el capitalismo es la principal razón
por la cual estos medios de comunicación deforman la realidad,
existen otras que no debemos olvidar, como son: las personas que
dirigen los periódicos, las radios, las televisiones, las
revistas...(que imponen la línea a seguir, en todo momento alineada
con la mano que les da de comer), las que trabajan en estos medios,
que a menudo se pliegan a los dictados de la empresa por miedo a
perder su puesto de trabajo en un sector en el que la precariedad
está extendida totalmente y por último, la razón que casi nunca
vemos: nosotros mismos.
¡¿ Cómo ?!. ¿Cómo
vamos a manipular nosotros que no tenemos acceso a estos medios?
¿Cómo vamos a tener la culpa de que no hablen de nuestras luchas o
que tergiversen nuestro mensaje? ¡Cómo que la culpa es nuestra! ¡De
eso nada!, la culpa es del estado, la policía, los partidos
políticos y toda esa gente que no hacen nada más que amargarnos la
vida.
Siento (o me
alegro) llevar la contraria, pero también tenemos parte de culpa en
esta situación, ya que cada vez que realizamos una acción,
reivindicamos algo o queremos que se nos oiga, siempre acudimos a
estos medios aliados con el gran capital para difundir nuestro
mensaje, ya que claro, se llega a más gente que si nos quedamos
solamente con los medios alternativos. Los medios alternativos se
dejan para el final (si es que se utilizan) después de ver cómo los
otros no han sacado nada o lo que han sacado es una mierda total.
Nuevamente sólo consideramos lo inmediato, darnos la mayor
publicidad como sea y cuanto antes; sin ver que las noticias de
ayer, para las personas que consumen noticias en estos medios (que
por cierto somos la gran mayoría), ya no existen. Sólo existen las
que se han generado hoy, que mañana nuevamente pasarán al olvido.
En los medios de comunicación alternativos se puede conseguir lo que
en otros medios sería imposible: ser nosotros los que contemos y
analicemos nuestra realidad sin censuras ni límite, a nuestra manera
y con nuestro lenguaje. Podemos exponer sin tapujos nuestra
ideología, nuestras movilizaciones, nuestros gustos y todo lo que
consideremos importante. Una persona cualquiera puede sacar a la luz
sus problemas laborales, los problemas de su barrio, sus
pensamientos, sus expresiones artísticas y un sinfín de propuestas.
Esta ventaja no se puede despreciar y creo más bien que hay que
utilizarla. Los diferentes movimientos sociales y cualquier persona
con algo que decir a las demás deberían empezar a utilizar estos
medios alternativos como una correa de transmisión de sus
iniciativas. Digo medios porque los mass media alternativos deben
ser utilizados por la misma gente, de forma directa. No podemos
esperar que las personas que están en ellos sean los “periodistas
enrollados” que siempre busquen las noticias que generan los
diferentes movimientos sociales. La mayoría de la gente que integra
estos medios no son profesionales (en el sentido de cobrar sueldo
por su trabajo) y además no tienen dedicación exclusiva como para
abarcar todas las noticias que se generan. Cuando nuestro grupo,
asociación, asamblea u organización quiera sacar a la luz una
campaña, reivindicación o acción sería más productivo ponerse en
contacto con los medios de comunicación alternativos para ver la
mejor forma de sacar el mensaje a la sociedad y no esperar que sea
el mismo medio alternativo el que se entere de todo por comentarios
o por otros medios de intoxicación. El objetivo final que se
persigue con todo esto es que nosotros mismos seamos generadores y
comunicadores de nuestra realidad para que nuestro mensaje no se vea
deformado ya sea de forma consciente (medio de masa), ya sea
inconscientemente o por falta de información y preparación (medio
alternativo).
Por otro lado siempre que vemos, leemos o escuchamos noticias de
nuestros movimientos sociales en los medios de comunicación
oficialistas analizamos cómo nos han sacado: éste periódico lo sacó
mejor, el otro una mierda, aquella radio no lo emitió, la tele no
sacó nada. Así seguimos sin damos cuenta que aunque nos hayan
mencionado, siempre lo harán bajo su punto de vista y nunca podremos
decir lo que realmente deseamos (por su deformación y también por
nuestra censura previa a la hora de interpretar nuestra realidad y
mandársela al medio de masas). Aun resulta más penosa la
imposibilidad de plantear un debate serio y en los términos que
creemos apropiados en este tipo de medios, para transformar la
realidad que consideramos nos oprime. Con el excesivo empleo de los
medios de masas oficialistas para difundir nuestra realidad y
cambiar la que nos oprime, lo que se consigue es que nosotras mismas
nos acostumbremos y acostumbremos a las demás a informarnos de
nuestra propia realidad en estos medios, que nada o casi nada tienen
que ver con nuestras luchas. En caso de que les interese nuestra
reivindicación lo será por causas ajenas a la propia lucha (falta de
noticias para llenar páginas o minutos, el morbo que la lucha o
iniciativa puede crear...) por lo que en vez de utilizar estos
medios para difundir nuestro mensaje son ellos los que nos utilizan
en muchas de las ocasiones. Si no potenciamos los medios
alternativos y sus posibilidades comunicativas y de debate tampoco
desarrollamos nuevas formas de relacionarnos, es decir, no
potenciamos las relaciones horizontales que podríamos tener
utilizando medios alternativos. Las soluciones a nuestra parte de
culpa en la situación de incomunicación que tenemos y muchas veces
mantenemos actualmente, es la de tomar conciencia que nosotros y
nosotras mismas podemos y debemos dar a conocer nuestra realidad
utilizando los medios que tenemos a nuestro alcance: las radios
libres, el teléfono, los ordenadores y todos los medios donde
realmente seamos las que tengamos siempre bajo control lo que se
difunda. Esta es, en definitiva, la única forma eficaz de evitar la
manipulación y tergiversación de las “profesionales de la
comunicación”. Por supuesto, también es importante leer, escuchar y
ver nuestros medios de comunicación alternativos para debatir,
contribuir y mejorar su eficacia.
Resumiendo, lo importante a la hora de sacar nuestras
reivindicaciones, reflexiones, acciones, campañas, fiestas... es
calibrar bien hasta qué punto puede ser útil usar los medios de
comunicación de masas o cuando puede llegar a ser contraproducente.
Es evidente que los medios de comunicación alternativos tienen un
campo de influencia limitado, pero también es bien cierto que tienen
posibilidades y potencial suficiente de subversión que deben ser
aprovechados. ¿Por qué a la hora de informarnos siempre recurrimos a
medios oficialistas y no a medios alternativos? ¿No será porque los
alternativos no poseen información suficiente? ¿No será porque los
movimientos sociales no confían y no utilizan los medios
alternativos? Sea por lo que fuere, debemos pensar qué parte de
culpa tenemos cada cual en esta situación de incomunicación y darle
una pronta solución. Para terminar, un par de preguntas. ¿Por qué
todos los sindicatos, partidos e instituciones tienen un gabinete (o
una persona) que se encarga de relacionarse con la prensa? Seguro
que es para emplear a la gente en algo (aunque sea poco importante).
Menudas risas. ¿Por qué la gran mayoría de los movimientos sociales
no tienen a personas que se encarguen de relacionarse con los medios
de comunicación (alternativos)?. Será porque no quieren que sus
iniciativas sean conocidas por la sociedad de forma veraz y directa.
Menudos llantos. Y por último: ¿Por qué los Gobiernos no son capaces
de crear estructuras de prensa eficientes? Será porque prefieren
obsecuentes a consecuentes… Llanto final y cara de culo.
|