Opinión

La dura lucha por lograr y conservar el poder

LOS ENEMIGOS NUNCA SE FUERON

Eduardo Minervino

El Frente de Todos, hijo pródigo de Unidad Ciudadana y nieto del Frente para la Victoria, fue obteniendo varios triunfos parciales, válidos todos, es cierto, pero no definitivos. La primera batalla ganada, la madre de las batallas, fue lograr la unidad del Movimiento Popular, tragando sapos, con dolores en la ideología, traicionando a la memoria, para olvidar duras  traiciones,  en pos de un objetivo superador: Derrotar al neoliberalismo, a la derecha, al macrirradicalismo. La segunda, no menos importante, fue el armado de las listas en todos los ámbitos. En el orden nacional y provincial, los acuerdos sellados entre las distintas fuerzas políticas que componen la coalición, se llevó a cabo, no si debates, pero se sostuvieron las proporciones de las fuerzas. A un acuerdo político, una respuesta política, cuestión que no se respetó en los Municipios, sobre todo en los medianos y pequeños, en los que privó la voluntad de los intendentes, los que eligieron a los suyos o a los de nadie.  Llegaron las PASO y se ganó por goleada. Militantes y dirigentes, los más entusiastas, daban por derrotada definitivamente a la derecha.  Error, la derecha nunca es derrotada. Es paciente.  Y siempre vuelve. A veces tarda. En otras ocasiones, como la que estamos viviendo, vuelve a la carga con distintos mecanismos al ver que se consolidan dirigentes del oficialismo. Volvamos a la penúltima victoria, la del 27 de octubre: Se ganó en primera vuelta,  por un margen menor al de las PASO. Contrariamente a lo esperado, un 40 % votó a la fuerza política que los “arruinó”, ya que desde los medios hegemónicos, fabricantes y sostenedor de Mauricio y su patota, volvió a meter el miedo como pantalla antagónica a la esperanza que representaba la fórmula Fernández-Fernández.  Después vinieron las juras y comenzó la otra gran batalla, la más difícil: Lograr el poder.  Los enemigos son poderosos, se reagrupan y utilizando a su herramienta más importante, los medios hegemónicos, buscan esmerilar a los Fernández, sobre todo ahora que tiene el grado de aceptación más alto que un gobernante haya tenido en el País y que eligió a la gente por sobre el capital. El problema para la oposición ya cuasi golpista (Paolo Roca al echar a 1450 operarios marca la cancha) es que al fortalecerse Alberto Fernández, se fortalece el estado, principal enemigo de los neoliberales habituados a hacer dinero y llevarlos afuera del país, sin que existan mecanismos de control. Pueden sumarse estos opositores a una manera nueva de negar a los poderes que la democracia le provee el Estado.

Los neo negacionistas niegan el estado del mundo, producto de sus políticas y su modo de producción y concentración, y niegan lo que siempre han negado sus antecesores. Niegan que fueron 30.000 y niegan la contaminación de las aguas. Niegan la procedencia criminal del origen de grandes fortunas, o las enormes extensiones de tierra, y niegan que el glifosato nos afecte.

Usan las Fake News, que las noticias falsas, las hijas recientes de la época, parte de una artillería simbólica, el fruto de los medios de comunicación que han abandonado las formas y los contenidos de eso que llamamos comunicación. Los neo negacionismos que ahora se hacen tan visibles cuando Bolsonaro habla de “un resfriadito” o cuando Trump pasa de minimizar “el virus chino” a dar conferencias de prensa sobre el tema, hace décadas que nos vienen aturdiendo. Hemos consumido mentiras durante muchos años, pero ahora, que algo se salió de madre sobre todo psíquicamente, cuando ganan elecciones los psicópatas, la mesa está servida para ellos.

No hay negacionismos sin noticias falsas, sencillamente porque en la vieja lógica de la libertad de expresión, sería el periodismo quien debería impedir disparates, abandonos de persona, negocios incompatibles con la función pública, crueldad sin límite contra los condenados de la tierra. Denunciándolos. Reprobándolos. Pero no lo hace. Los neo nazis no son elogiados, pero todos los días hay noticias enunciadas desde el racismo. Los comandos paramilitares que asesinan a líderes ambientales no son bien vistos, pero no hay investigaciones periodísticas que hagan caer a un gobierno por un genocidio por goteo. Todo lo contrario: nos muestran a Duque como el nuevo ejemplo, ahora que Chile les reventó. Los neo negacionismos existen porque hay una parte grande del poder global que apuesta a seguir acumulando y concentrándose, y no pueden decirnos “Muéranse”. Pedirles a los ancianos que se mueran en nombre de la economía de un país es de lo más abyecto que se puede concebir. Perrodistas del macrismo, operadores, empresarios ya buscan la manera de generar otro vez el miedo: “Si seguimos en cuarentena, habrá cierre de empresas, despidos y caerá, por lo tanto la economía. ¡Justo ellos se preocupan por eso! Cuando fueron los que detonaron Argentina, la vaciaron, la endeudaron,  la sacaron de la economía mundial. Ellos elijen la muerte por sobre la vida. Sacan cuentas  y eligen: Prefieren que se mueran miles de viejos/viejas a que sus empresas ganen menos. Son muy jodidos, muy poderosos. Pero el gobierno nacional tiene respaldo popular y no dudo que habrá cientos de miles de argentinos que le pondrán el pecho en las calles: Esta es la batalla definitiva. Si se pierde, no habrá revancha.