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La columna de Enrique Minervino A PONER EL HOMBRO
Haciendo un poco de historia reciente, recordemos que en diciembre de 2015, el gobierno de Macri benefició al sector agrario con la quita de las retenciones a pocos días de haberse iniciado el gobierno, cuando en Pergamino, seanunció la eliminación de los derechos de exportación (verdadero nombre de las retenciones) para el trigo, el maíz, la carne, el girasol y las economías regionales y la baja del 5% para la soja. Bueno es recordar lo que dijo el ministro de Agroindustria de entonces, Ricardo Buryaile quien expresó que esa baja se compensaría con la “suba de otros impuestos”, como el impuesto a las ganancias entre otros y con “más generación de empleo".El impuesto a las ganancias, el mismo que Macri dijo que iba a eliminar para los trabajadores, no solo no fue eliminado, sino que más gente lo tuvo que abonar en estos cuatro años. Y la generación de empleo jamás llegó en un país que destruyó su industria en estos 4 años provocando un aumento del desempleo que llegó casi al 12%, duplicándose respecto de 2015. A esta quita de los derechos de exportación, deben sumarse las sucesivas devaluaciones que se produjeron en el gobierno de Macri, que hicieron que nuestra moneda perdiera su valor en más del 600% en 4 años. Todas estas medidas beneficiaron claramente al sector agroexportador, uno de los grandes ganadores de este modelo macrista. A la vez que provocaron el desfinanciamiento del Estado, lo que derivó en un ajuste permanente a otros sectores. Un Estado desfinanciado por la aplicación de este tipo de políticas no puede tener otro resultado que el deterioro y hasta desaparición de muchas de sus funciones elementales. La eliminación de Ministerioscomo el de Salud, el de Ciencia y el de Trabajo, son una prueba del alejamiento estatal en esos rubros a raíz de ese desfinanciamiento y de la decisión política de volcar los recursos hacia otros sectores. El gobierno de Cambiemos sin duda perdió la visión de conjunto que una política de desarrollo de un país debe tener para en cambio si beneficiar a muy pocos sectores. El campo fue uno de ellos. El desarrollo de un país se concreta cuando hay un uso federal y eficaz de los impuestos en general. En el gobierno anterior podría discutirse el monto o el valor de la alícuota correspondiente a los derechos de exportación, pero lo cierto es que su aplicación se vio reflejada en todos los lugares del país a través de obras con la creación del Fondo Federal Solidario, a partir de 2009, conocido vulgarmente como “fondo sojero”. A pesar de ese nombre, no estaba solamente compuestopor los derechos de exportación a la soja, sino también de las harinas y del aceite de soja. Su finalidadera financiar obras provinciales y municipales en todo el país, con lo cual se utilizó en innumerables obras de infraestructura y en inversiones productivas.El “fondo sojero” era una herramienta formidable que tenían municipios como los nuestros para la realización de obras, porque además estaba prohibida su utilización para los gastos corrientes. Lamentablemente el gobierno de Macri, terminó con ella, perjudicando a todo el país. Los derechos de exportación se aplican en muchos países del mundo. No es como dice la Sociedad Rural Argentina o el presidente Macri que no se aplican “en ningún lugar del mundo”. Es una falacia ya que en más de 70 países del mundo hay restricciones a las exportaciones de materias primas industriales y agrícolas. Estas restricciones consisten en la prohibición de exportar algunos productos y la imposición de retenciones entre otras cosas. Por ejemplo una de las consecuencias de la no aplicación de retenciones en el trigo, componente esencial de los alimentos que consumimos los argentinos, es el aumento desmedido del pan que tuvimos que padecer los argentinos. En este caso claramente debería haber alguna restricción a su exportación, y las retenciones constituyen una de ellas. Los impuestos constituyen un aspecto que muestran las relaciones de poder en el país. En este momento político de la Argentina donde un sector que durante 4 años estuvo postergado ahora tiene la mayoría de la representación política, los impuestos deben ser reflejo de esta situación. Además en un contexto donde el déficit fiscal es de 7 puntos del PBI, ¿porque no exigir que quienes resultaron favorecidos por el régimen que termina, sean quienes lo financien? O acaso debemos resignarnos a que una vez más a que los ajustados sean otra vez los mismos, o sea la gran mayoría del pueblo argentino. No hay espacio para eso, y Alberto Fernández lo sabe. Y las entidades del llamado “campo” también deberían entenderlo. Con Macri tuvieron su época de gloria. Ahora es tiempo de entregar un poquito de lo mucho que ganaron. En esto, deberían hacerle caso al Presidente a quien siguen y defienden, cuando dijo en reiteradas oportunidades “hay que poner el hombro sin llorarla”. Esperemos que así sea.
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