La construcción de un político

LIDERAZGO PROGRESIVO

 

Los líderes (especialmente los políticos), tienen que asumir un hecho innegable: su liderazgo. Solo tiene valor, es genuino, legítimo, limpio, conquistado y no comprado,  cuando se basa únicamente en la influencia de índole personal que ejercen sobre sus liderados. Personal, no coyuntural, no de conveniencia, no de favores ni de sobornos, no de negocios o maniobras turbias, ni de pactos o alianzas de momento y circunstancia. Personal, de persona: los liderados sinceros y genuinos siguen y se comprometen y defienden y luchan por la persona que es el líder y lo que representa su acceso al poder en términos de cambio situacional, servicio social y desarrollo integral de la comunidad y sus miembros, no solo, ni necesariamente por las ventajas personales que su posicionamiento les aporte, aunque obviamente en algunos casos se lo otorgue.

Los otros “liderados”, esos que van por lo suyo (“dame lo mío”, dicen por acá), son solamente seguidores del momento y de la conveniencia, que  cambiarán de bando y rumbo cuando el contexto cambie: hoy siguen al “líder” y mañana, si otro paga o “resuelve” más, siguen lo siguen y lo erigen en “líder”. Sobran ejemplos cercanos y distantes, tanto en tiempo como en espacio, para demostrarlo.

La importancia del líder político, líder de masas, solo puede ser conocida y reconocida a través de su origen, su historia, sus hechos y sus logros, y la forma en que todo ello se integra y se proyecta a su entorno y al mundo en y desde su figura. Obviamente, estamos hablando de su marca personal. Y en su caso, líder político, líder de masas, esta marca personal tiene que ser contenedora, portadora,  su propio medio de comunicación, y por qué no, la plataforma de llegada al electorado,  principios,  valores, ejemplos,  conceptos y modelos de vida y conducta compatibles con el mensaje que vende a la sociedad que pretende liderar. De otro modo, caerá indefectiblemente en la incoherencia, la demagogia, la mentira, el fraude. O sea: más de lo mismo. Y su marca personal quedará “marcada” como uno más, o más de lo mismo. Y las  historia no solo juzgará al líder, hablamos ahora del liderazgo local, si no también el tiempo que se viene, el futuro Si el líder fracasa, hace de lo colectivo un unicato, y quienes los rodean, funcionarios o dirigentes partidarios, no son capaces de asumir su rol de puentes que faciliten la llegada de más y mejores hombres y mujeres para fortalecer el proyecto, perderán el rédito político y esto significará perder elecciones.

Dicho todo esto, desde la praxis, la teoría y la filosofía, hagamos una mención del hoy en Villa Gesell.

Se están viviendo tiempos difíciles en el Municipio. Un pequeño tsunami inquieta al Ejecutivo. Seguramente saldrá de problema y volverá a gestionar desde lo cotidiano.  Y recomenzarán a tejerse algunas intrigas.  Barrera gestiona, genera consensos y se ha convertido en un lógico conductor del Frente de Todos y,  en esta coyuntura de gran parte de la comunidad. Claro que le falta mucho camino que recorrer hasta el fin de su mandato, y en ese tránsito es seguro que los enemigos internos se multiplicarán y los aliados externos también. El equipo que secunda al Intendente deberá ser el que sepa atenuar o eliminar los efectos negativos de los opositores y afianzar un frente electoral movimientista, dinámico, multisectorial. Por cierto, los hacedores de consenso deberán tener honestidad de procederes y mente muy abierta. Es un gran desafío.  Los gestos de grandeza excluyen los kioscos. Y en cercanías del Intendente, hay algunos que tienen vocación de kiosqueros.

 

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